Después de dos años de incertidumbre, una noticia sacude al sector agroindustrial argentino: China reabre sus puertas a la carne aviar del país. Lo que parecía una pérdida irreparable se convierte en una oportunidad única, no solo para el regreso de las exportaciones suspendidas, sino también para la expansión hacia nuevos productos. Este acuerdo representa un hito clave para la economía argentina, que había sufrido un duro golpe con la suspensión de este comercio en 2023 debido a un brote de influenza aviar. Ahora, el panorama es diferente y las expectativas están más altas que nunca.
La reapertura del mercado chino no llegó sola. Además de recuperar un destino fundamental para la carne aviar, Argentina logró la aprobación de nuevos protocolos sanitarios que permitirán la exportación de frutos secos, incluyendo almendras, pistachos y nueces. Esto significa que las economías regionales también se verán beneficiadas, abriendo la posibilidad de consolidar a Argentina como un proveedor estratégico de alimentos para el gigante asiático. Pero, ¿cómo se logró este acuerdo? ¿Qué impacto tendrá en el país? En este análisis, exploramos todos los detalles.
La historia comienza en 2023, cuando un brote de influenza aviar en Argentina llevó a China a suspender las importaciones de carne aviar. Esta decisión golpeó de lleno a un sector que tenía en el gigante asiático su principal mercado, con el 45% de las exportaciones destinadas a este país. Desde entonces, productores y empresarios aguardaban con ansias una reapertura.
Finalmente, el 18 de marzo de 2025, en una reunión clave en el Palacio de Hacienda, el ministro de Economía Luis Caputo y el viceministro de la Administración General de Aduanas de China, Wang Lingjun, sellaron el acuerdo que devuelve a Argentina al mercado chino. Pero no solo eso: también se firmaron nuevos protocolos sanitarios que permitirán exportar frutos secos como almendras, pistachos y nueces, abriendo un horizonte inédito para las economías regionales.
El impacto de este acuerdo es enorme. Durante la suspensión, Argentina perdió más de 210 millones de dólares y 120.000 toneladas de carne aviar quedaron sin destino internacional. Con la reapertura, se espera no solo recuperar el terreno perdido, sino consolidar la presencia en uno de los mercados más competitivos del mundo.
Pero esto es solo el principio. En la reunión también se discutieron próximas aperturas para menudencias porcinas, productos pesqueros y legumbres como porotos y garbanzos. La estrategia es clara: diversificar la oferta y aprovechar al máximo la demanda china, que no deja de crecer.
Este nuevo capítulo en las relaciones comerciales entre Argentina y China marca un antes y un después. La carne aviar vuelve con fuerza, pero lo más importante es que se abre la puerta a una mayor integración de la agroindustria argentina en el comercio global. Ahora, la pregunta es: ¿qué otros mercados podrían sumarse a esta ola de expansión?